A poco más de 1 día del que será mi 3er Ironman en Hawaii. Como siempre en la vida todo tiene sus altos y bajos y este año no ha ido menos. Después de pasar un agosto muy bueno de entrenos afrontaba septiembre con optimismo. Casi siempre mi punto de inflexión es agosto, un mes en el que por muchos factores hace que se me pase el punto y llegue a septiembre pasado de rosca.
Estos días en la Isla me han recordado el porque es tan difícil conseguir un buen tiempo aquí. Personalmente el calor que hace me deja bastante más atontado de lo que ya normalmente estoy. El jet lag y el estilo de vida tan diferente que llevo estando lejos de casa y con tantas cosas por ver y hacer hace que las cosas no las tenga 100% controladas dándome una sensación de que todo se me va de las manos.
La verdad que a pesar de esto, los últimos entrenos no han sido malos (menos nadando, que aún con molestias no puedo forzar todo lo que me gustaría), los ritmos están, aunque cueste encontrarlos pero espero que el día de la carrera estando 100% concentrado pueda volver a poner todo bajo control y pueda sacar lo mejor que quede de mi a 10 de octubre que puede ser cualquier cosa. Al menos espero acabar con dignidad y no sufrir más de la cuenta en la cruel Queen K.
Mahalo!
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